En clase de Lengua...

A continuación, un relato escrito por nuestra compañera Virginia durante la clase de Lengua.


En un pequeño y lejano pueblo, había un grupo de personas que iban a emprender una nueva experiencia. Todos estaban muy ilusionados con su nuevo trabajo. Éste consistía en acondicionar el lugar más emblemático del pueblo, para dejarlo lo más bonito posible. La gente más mayor eran los más ilusionados y esperanzados con ese proyecto, ya que sólo ellos recordaban la maldición que rodeaba a aquel lugar, y que habían estado guardando durante tanto tiempo; tenían la esperanza que dándole un cambio, la maldición acabaría para siempre.
Con el transcurso del tiempo comenzaron a ocurrir cosas extrañas, pero nadie se percataba de ello.Desaparecían herramientas de trabajo y todos estaban seguros de que habían sido robadas.Comenzaban a trabajar con el día soleado, y de pronto el cielo se encapotaba,las tormentas les obligaba a parara el trabajo.
Plantaron árboles que, a pesar de sus muchos cuidados, permanecían tristes. Arbustos grandes y pequeños,de flores multicolores, donde las flores no aparecían nunca. Los trabajadores estaban empezando a desesperarse, pero como no desistían, todo su trabajo comenzó a dar fruto y aquel lugar se iba transformando de frío y lúgubre en alegre y primaveral.
El proyecto llegó a su fin, y todos los que habían participado en él decidieron hacer una fiesta en dicho lugar para celebrarlo. Los ancianos rezaban para que todo hubiese terminado, pero la maldición seguía latente y, cada vez más enfurecida por no haber conseguido nada.
Llegó el gran día y todos lo estaban festejando,comiendo, bebiendo y pasándolo bien, cuando emprezaron a sentir sensaciones extrañas y a sufrir mutaciones.A todos se le empezó a caer el pelo, y en su lugar le salieron plumas, sus ojos se volvieron trasparentes, sus dedos comenzaron a alargarse y sus espaldas acabaron curvadas, nadie entendía nada.
Sólo una persona, la profesora, escapó de la maldición por no haber podido asistir a tiempo a la fiesta, y los ancianos le dijeron que no se acercara allí y le explicaron la maldición. La única forma de acabar con todo era recuperar una antigua campana que había sido robada tiempo atrás, y colocarla en su sitio, pero no tenían mucho tiempo para hacerlo.Sin perder un instante, la profesora comenzó a hacer sus investigaciones hasta conseguir encontrar la campana, sus alumnos eran demasiado buenos como para no hacer nada.
En unas horas la campana estaba en su sitio y todo volvió a su estado normal. Nadie recordaba lo que había pasado.Los ancianos siguieron guardando el secreto, la profesora se unió a ellos y la maldición se fue para siempre.